Una de las frases más conocidas de la ciencia, “eppur si muove”, se le atribuye Galileo Galilei, científico italiano, quien la pronunció ante la Inquisición romana cuando defendía que la Tierra giraba alrededor del sol.
El mundo se ha movido mucho desde entonces. Y será así entre otras razones, porque los seres humanos se desplazan y van transformando la realidad y las relaciones sociales. La ciencia, las artes, los deportes, la música y hasta el uso del ocio y del tiempo libre se adaptan a los cambios producidos por la humanidad.
Es gracias a la movilización de los seres humanos, que las sociedades avanzan, se nutren, aprenden, se modernizan y mejoran. Querer limitar las migraciones por decretos, paredes, vallas o convenios, solo enmaraña los riesgos asociados a emigrados por obligación, por conflictos bélicos, por necesidad económica o de mantener la vida o los principios.
Nuestra revista es una prueba de la cooperación humana; de la resiliencia de quien se traslada por necesidad; del beneficio de quien inicia una nueva vida en tierras ajenas a su lugar de nacimiento, y es, sobre todo, la seguridad de que las sociedades se nutren de y con las migraciones.
Enfrentamos tiempos convulsos, dudosos, inciertos, con líderes mundiales que abogan para limitar el movimiento migratorio. No siempre tenemos la certidumbre ideal para planificar nuestra vida. Pero hay algo innegable: el mundo se mueve y cada movimiento es una oportunidad de progreso que debemos aprovechar.
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