Acacia
- Jaime Santana
- 21 sept
- 1 Min. de lectura

¡Ah, tierna acacia! ¡Ay, doliente rama!
Tiemblas al viento como oros del mar
y en cada hoja consigues albergar
toda la vida que en tu tronco llama.
Retoños nuevos quieren asomar;
hormigas, aves, luz en ti son flama,
canta el Sol, tu agonía aclama.
Danza tu copa, ansías frutos dar.
¡Eres una iglesia donde Dios florece!
bajo la brisa que nos hace bailar:
Muerte, océano que se estremece
¡Cosmos de los que te han de habitar!
¡Acacia mía, en ti mi vida crece
como oración que sube hasta el altar!




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