y… ¿por qué BienHallados? Cuando nos dan la bienvenida, agradecemos de diversas formas, la cortesía de ser recibidos. En los diccionarios, uno de los formalismos es responder con un “Bienhallados”. Con esa palabra dejamos constancia de la alegría de nuestro encuentro con el otro, de las propuestas que migrantes portamos en la construcción del porvenir de un futuro en común
Soy colombiana y en 2008 emigré a Canarias.
En mi país estudié ingeniería, tengo mi título homologado, pero el año en que llegué a España, había una crisis brutal y todo mi entorno me decía que no conseguiría trabajo, que aquí no era nadie. En el servicio canario de empleo, quien me atendió me dijo que aquí era como si “básicamente no tuviera estudios”. Eso choca, estudiar tantos años en una universidad y prepárate para el futuro, que te reciban de esa manera.
Viví todas las etapas que se viven cuando emigras: luna de miel, cuando desde tu país crees que todo va a ser bonito; cuando llegas y te encuentras con la realidad, que hay cosas bonitas pero otras no tanto; cuando comienzas a chocar con las diferencias culturales… Esa es la etapa cuando comienzas a tener los conflictos internos y te preguntas ¿si te quedas en donde migraste o te regresas a tu país?
Rossana Díaz, una vez superado los sinsabores de migrar, encontró un camino para insertarse en el país que le dió acogida
Finalmente, llega la etapa de decidir. Si te quedas, ese es el momento que nos lleva a la inserción cultural. Yo me quedé, me separé de mi esposo con el cual vine a Gran Canaria, comencé a trabajar y ahora tengo una vida que me gusta: una hija pequeña, una pareja y un trabajo que me llena de orgullo, porque estoy apoyando a otras mujeres que están pasando por lo mismo que yo pasé.
Las ayudo desde la convicción de que sí se puede salir con bien de un entorno difícil.
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