Angela Ameruoso, Italia/Especial Bienhallados/Fotos Cortesía de Argenis Blanco
Más caraqueño, imposible. Argenis Blanco nació y creció en la famosa barriada de Caracas con nombre de fecha histórica para Venezuela: 23 de enero, ese día comenzó el período democrático del país).
Desayuna con arepas y café con leche. Almuerza con pabellón y en la cena, vuelven a estar las arepas en la mesa.
Argenis Blanco, talento deportivo venezolano de exportación profesional
Habla con la velocidad de las personas que crecen en las grandes ciudades. Todo tiene que ser para "ya". Proviene de una familia con varios hermanas y hermanos, en la cual el deporte fue una vía de comunicación, entretenimiento y profesionalización. El beisbol fue el deporte natural de un niño en Caracas, una forma de vida, una “religión” y de relación entre sus semejantes.
Desde los 5 y hasta los 19 años de edad, Argenis Blanco jugó con el equipo de beisbol “Criollitos de Venezuela”, donde se formó como atleta. Se graduó en el Instituto Pedagógico de Caracas como Profesor de Educación Física, mención Ciencias Aplicadas al Deporte. Paralelamente formó parte de equipos de alta competencia a nivel universitario.
En esa, época, el beisbol y el softball se alternaban en su vida deportiva. En el Instituto Pedagógico de Caracas se mantuvo entre el 1995 y 2001. “Allí me formé como docente y atleta y por ello se me abrieron las puertas y oportunidades en el exterior”.
Aterrizaje en Italia
El 2003 Argenis Blanco cambia de vida.
En un viaje de vacaciones en Milán, invitado por un colega, Alexander Salazar, recibió la propuesta del propietario del equipo de beisbol Bollate, conjunto con larga tradición en el norte de Italia, para convertirse en su entrenador.
Para ese momento Blanco trabajaba como entrenador y docente en Tel Aviv (Israel). Aceptó la oferta y se instaló en Italia para entrenar a Bollate, con quien ganó una Copa Italia.
Sin embargo, Blanco tenía un sueño aún que cumplir: entrenar un equipo de softball. Por ello hizo contactos y logró dirigir Caronno Softball, novena que capitanea desde hace 17 años. Éste es uno de los equipos de softball de la ciudad donde vive, Caronno Pertusella.
—¿Cuáles han sido tus aportes para incrementar el nivel del softball en Italia, para lograr que el país esté en los primeros de Europa?
—Aplico un programa educativo que se elaboró en el Instituto Pedagógico de Caracas y que ha dado buenos resultados. Hacemos visitas a las escuelas primarias donde no hay educación física como cátedra y motivamos a las niñas y a los niños para conocer sus potencialidades. Estudiamos los movimientos, la dinámica de trabajo, incluimos la música, actividades lúdicas, aumentamos el “bagaje motor” (formación), y la educación física. Nos convertimos en buscadores de talento y estimulamos talentos escondidos—explica.
Disciplina, compañerismo y espíritu de competencia, forman parte del trabajo que realiza Blanco en sus clases de beisbol
Blanco dice que este programa también lo comparte con otros clubes de softball y agrega que, a nivel profesional, los clubes han invertido en traer jugadoras extranjeras y preparar a las italianas en los centros de mayor tradición de softball en otros países.
—En Italia, las temporadas son continuas, 9 meses en el campo (4 bajo techo), cuentan con una sólida estructura organizativa, planificación y la contratación de entrenadores latinoamericanos, australianos, fichas que han enriquecido “el bagaje” de las jugadoras—comenta.
—¿Tu inserción en la sociedad italiana ha sido fácil?
—En Venezuela compartí con muchos españoles, portugueses e italianos. Hay similitudes culturales: somos gritones, comelones, bailadores y bebedores. En mi trabajo he recibido respeto porque consideran que mi labor está ajustada a las necesidades del club.Mi interés es profundizar en la formación deportivas a nivel infantil y mientras en Italia continúen apoyándome en mi objetivo, aquí seguiré—dice, al finalizar la entrevista.
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